La logia “Luz de la Celda” de Celanova (1895)
Denigrada y perseguida por sus adversarios, mitificada e idealizada por sus adeptos; no siempre la masonería es objeto de una mirada imparcial como la del historiador Alberto Valín Fernández, autor de una extensísima obra sobre la presencia del hiramismo en Galicia y sobre este influyente fenómeno social, ideológico y político a niveles universales. Estos días han visto la luz sus dos últimos y extensos trabajos, titulados Masonería y conspiración liberal en España (Editorial Masónica) y Galicia y la masonería en el siglo XIX (Editorial Publicaciones). Ambos libros forman parte de un ambicioso proyecto que, si bien inicialmente pretendía ser una simple reedición de su obra completa, ha acabado transformándose, prácticamente, en una obra nueva.
A finales del siglo XIX, la masonería vive un momento álgido en España. Atraídos unos por las ideas de fraternidad y tolerancia que, teóricamente, se practicaban en su seno; otros por el atractivo, juramentado y secreto mutualismo que esta sociedad practicaba; o por la pretendida influencia y poder que esta tenía, muchos ven en ella una vía de escape al asfixiante dominio de las instituciones tradicionales, convirtiéndose en punta de lanza de los movimientos liberales y democráticos.
Las logias se conciben como lugares de sociabilidad modernos, no muy diferentes ―salvo por la parafernalia y la reserva― de los clubes y casinos que proliferan por aquel entonces en villas y ciudades. En Celanova, por ejemplo, tuvo su existir una logia llamada “Luz de la Celda”, bajo el paraguas obediencial de la Federación de Logias Independientes Galaicas.
[...]De acuerdo con el profesor Valín, esta pequeña logia celanovesa es, a todas luces, singularísima, pues en ella se concentran las dos caras de la praxis masónica en España: la de la politización liberal tradicional (por lo general de clara tendencia republicana) y la de la filantropía como es el caso de tantos otros masones, como la benéfica obra que llevó a cabo otro ourensano de reconocido prestigio como fue el verinés José García Barbón